La violencia estructural y la que resulta de la opresión de los necesitados

Teresa: ¿Cómo define usted la violencia estructural? ¿Podría ilustrar ese concepto?

João Roberto: La violencia estructural resulta de una mecánica utilizada por diversas formas de poder que ejerce negligencia y limita el acceso por parte de la población a los derechos básicos para una vida digna, lo que da origen a la exclusión social y puede generar indignación a los menos favorecidos. En el siglo XIX, se publica la novela Germinal, de Émile Zola, que pone de manifiesto la fuerte oposición de clases, la explotación de los empleados y la insumisión de la clase trabajadora. En 1993 se realizó una producción cinematográfica, que lleva el mismo nombre, inspirada en la novela de Émile Zola. La historia está ambientada en un pequeño poblado de trabajadores de una mina de carbón en Francia.

El trabajo es insalubre, los pulmones de los mineros están impregnados de carbón y las personas corren riesgo de vida, pues existe la posibilidad de que la mina se derrumbe. Extrajimos de la novela un pequeño fragmento que ilustra la exposición del trabajador a agentes nocivos para la salud:

– Sí, es verdad… Me sacaron de allá adentro tres veces, despedazado. Una vez con el pelo todo chamuscado, otra con tierra hasta el estómago y la tercera con la barriga llena de agua, como una rana… Fue entonces que vieron que no me quería morir y comenzaron a llamarme Buena Muerte, en broma. (…)

 – ¿Hace mucho tiempo que trabaja en la mina? (…)

– ¡Ah! Sí… Hace mucho tiempo. No había cumplido aún ocho años cuando bajé, vea, justamente en la Voreux, y ahora tengo cincuenta y ocho. (…) ¡Cincuenta años en la mina, cuarenta y cinco de ellos en el fondo!¹

Los personajes se sienten devorados por esa condición, que Émile Zola muestra por medio de la personificación del pozo: “Solo una cosa él sabía perfectamente: que el pozo se tragaba entre veinte y treinta hombres, y con tal facilidad, que no parecía siquiera sentirlos pasar por la garganta”.

El salario es bajo y las familias numerosas pasan hambre. La situación se estabiliza hasta que llega un chico con ideas revolucionarias e, instigada por él, la gente hambrienta decide hacer una huelga. Hay una rebelión, muchos mueren en nombre de esa causa. Según Jean-Marie Muller, “la actitud de hombre con respecto a la violencia se determina en gran medida por su actitud con respecto a la muerte”. Como se trata de una obra realista, ambientada en el siglo XIX, la teoría darwinista se superpone. Los más fuertes sobreviven a los más débiles. Así, después de la huelga y de las muertes, los pobres vuelven a trabajar en la mina sin haber conquistado las mejorías que reivindicaban.

En El origen de la desigualdad entre los hombres, Rousseau afirma: “mientras los hombres se aplicaron exclusivamente a las obras que uno solo podía hacer, y a artes que no necesitaban el concurso de muchas manos, vivieron libres, sanos, en paz y felices. (…) Pero desde el instante en que un hombre tuvo la necesidad de auxilio del otro, desde que notaron que era útil a uno solo tener provisiones para dos, la igualdad desapareció, se introdujo la propiedad, el trabajo se hizo necesario y las vastas selvas se transformaron en campos risueños que fue necesario regar con el sudor de los hombres, y en los cuales, en seguida, se vieron germinar la esclavitud y la miseria, que aumentaban con las cosechas”.²

La obra de Émile Zola exterioriza la desventura de los miserables de los que habla Rousseau en sus consideraciones sobre el principio de la desigualdad entre los hombres. Los mineros son acosados por el sistema social. Se resalta, en esta narrativa, la disparidad entre la vida y la muerte, el bienestar y el malestar, en oposición a las clases sociales. La residencia de los burgueses “olía a comidas buenas, que eran deliciosas. Las estanterías de las alacenas estaban repletas hasta el tope de provisiones”, mientras que de la casa de los empleados se desprendía “un olor a cebolla rehogada, (…) envenenaba el aire caliente, ese aire pesado, siempre cargado por un vapor de carbón”.

La distancia entre esos dos mundos tan dispares aparece en las descripciones de espacio, en el alimento que consumen, en las relaciones amorosas, en las formas de diversión, en la oposición entre pérdidas y ganancias. De esta manera, la obra pone de relieve la violencia estructural y también la indignación de los huelguistas. La historia es de opresión, miseria y dolor, de la fuerza económica de la empresa que extrae carbón, que somete a los empleados a condiciones de trabajo desfavorables. De acuerdo con la filósofa alemana Hannah Arendt “nada es más común que la combinación de violencia y poder”. Desde el punto de vista de las clases sociales, genera desigualdad y exclusión. Mientras los ricos tienen la mesa llena y se deleitan con manjares, los mineros mueren por un trozo de pan. Esa es la violencia estructural.


Semanalmente, encontrarás una entrevista en este espacio. Para inaugurar esta serie, invitamos al pensador y escritor João Roberto de Araújo. Septuagenario, audaz visionario que busca la expansión mundial de su experiencia como educador socioemocional. Fundó la 50-50 SEL Solutions que tiene el significativo propósito de ofrecer, hasta el año 2050, los fundamentos de la Educación Socioemocional, a por lo menos, 50% de la población mundial. Lo cual será posible con la participación de una red de complementadores, con el objeto de “ser puente” entre tantas necesidades y posibles respuestas.
Teresa Magalhães, escritora y profesora de Literatura, fue invitada para entrevistarlo.

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