27 Jan 2023 | Artículos
Un torbellino de emociones
El fin de año es un momento que puede movilizar todo tipo de emociones. Algunos se sienten satisfechos y felices por el año transcurrido y por los logros alcanzados; otros pueden sentirse insatisfechos, tristes o enfadados por no haber conseguido lo que habían planeado; otros pueden sentir ansiedad o miedo ante el nuevo año que se avecina, lleno de incertidumbres y retos… y, quién sabe, de esperanza.
Pero, ¿por qué sentimos cada año semejante torbellino de emociones? ¿No deberíamos habernos acostumbrado ya? Y el resto del año, ¿por qué no sentimos nuestras emociones con tanta intensidad?
Este es el poder de los ritos de paso, de los distintos rituales de la cultura a la que pertenecemos. Cumpleaños, bodas, graduaciones, conclusiones de todo tipo, finales y nuevos comienzos: todos tienen en común la marca del paso del tiempo. La percepción del paso del tiempo -la noción de tiempo psicológico- puede ser fuente de mucho dolor y sufrimiento. Podemos sufrir nostalgia por lo que se fue, aburrimiento por lo que es o miedo por lo que está por venir.
Afortunadamente, los rituales de los que formamos parte pueden darnos fuerza psicológica y ayudarnos en la tarea de navegar por el tiempo. Vea lo que escribió el poeta Carlos Drummond de Andrade:
«A quien se le ocurrió la idea de cortar el tiempo
que se llama el año
era un individuo brillante. Industrializó la esperanza,
haciéndola trabajar hasta el límite del agotamiento.
Doce meses es tiempo suficiente para que cualquier ser humano se canse y renuncie a los puntos.
Entonces llega el milagro de la renovación y todo vuelve a empezar,
con otro número y otra voluntad de creer que a partir de ahora será diferente».
Quién sabe, en este nuevo año, también podrías poner en lo alto de tu lista de objetivos el aprendizaje de habilidades que consoliden hábitos y rutinas para desarrollar y proteger tu salud mental. Es un trabajo interminable, que abarca todo el ciclo vital: desde el más joven hasta el más anciano. Establezca objetivos positivos y realistas, genere intencionadamente emociones agradables para disfrutar del bienestar, gestione la duración y la intensidad de sus emociones desagradables, aprenda a centrarse, gestione los conflictos, en definitiva, comprenda mejor sus propias emociones y utilícelas a su favor y a favor de los demás. Éstas son algunas de las microcompetencias emocionales que pueden ayudarnos a llevar una vida llena de emociones que merezca la pena vivir todos los días, todo el año, durante todos los años.